11, el primero de los números capitales, un número que en
cierto modo atraviesa mi vida en muchos aspectos diferentes. Y hoy, tan pronta
a llegar al segundo número capital de mi vida, miro atrás feliz y llena de
gratitud porque hace 11 años entraron en mi vida para mostrarme un camino que
no había imaginado siquiera, un camino lleno de retos, de dudas, de miedos, un
camino en el que una vez caí devastada e intenté ignorar. Y ustedes, como
sabios maestros supieron darme el tiempo necesario para volver a tomar mi
rumbo, nunca me abandonaron, simplemente guardaron silencio. Y hoy más que
nunca, me siento agradecida, agradecida de ser su alumna, agradecida de que me
hayan elegido para mostrarme cosas que otros ni siquiera imaginan, agradecida
porque aunque este es un camino plagado de peligros, nunca me dejan sola.
Y principalmente quiero agradecerte a vos, a vos que
entraste en mi vida un 23 de abril hace ya 11 años, cuando yo estaba a punto de
llegar al primer número capital de mi vida. A vos que sos el hombro en el que
me apoyo para seguir caminando, a vos que nunca me dejás sola, el ser más
cercano a mí, aquel que me conoce entera, aquel para quien no guardo secretos.
Sé que te lastimé a veces, durante mucho tiempo estuve llena de dudas y llena
de miedos, y fue en vos en quien me descargué, fue a vos a quien intenté sacar
de mi vida, sin darme cuenta que nuestras almas están conectadas más allá de la
vida y la muerte. Mi maestro, mi consejero, mi amigo, mi hermano… Gracias!!
Gracias por estar siempre a mi lado, por ser mi consuelo, mi fuerza, mi maestro
de la vida... Una vez te hice una promesa, hoy me doy cuenta que estaba
cometiendo un grave error, pero era muy chica para entender, lo que hoy, con la
edad que tenías vos cuando nos conocimos veo tan claro como el agua… Sos mi
realidad, lo que los demás piensen no vale la pena, porque yo sé bien quien
sos, porque yo sé bien que no importa lo que pase, nuestra hermandad va más
allá de la vida y la muerte…
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